Tomando decisiones

Nuestros actos son producto de nuestras decisiones, y esas decisiones crean nuestra realidad, y por lo tanto nosotros podemos cambiar nuestra realidad. Lo que conforma nuestra realidad no es lo que hacemos de vez en cuando, sino lo je hacemos en forma consistente. Si no tomamos las decisiones de cómo queremos vivir, no estamos haciendo otra cosa que tomar la decisión de dejarnos dirigir por las circunstancias, en lugar de construir nuestra propia realidad.

Cuando se presenta el momento de tomar una decisión, la alternativa es: Decidir o no decidir. Decidir es comprometerse con los resultados que se quieren obtener, No Decidir es estar interesado en que las cosas sucedan sin que nosotros hayamos hecho nada para lograr los resultados. Normalmente, No Decidir es la peor de las decisiones, ya que las cosas sucederán de todos modos y lograrán su máxima expresión sin nuestra intervención.

Tres aspectos están involucrados al decidir:
1. En qué enfocar nuestra atención (Visión),
2. Que significa nuestra scisión para nosotros (Misión),
3. Qué hacer para alcanzar los resultados (Acción).

Hay varios elementos que influyen en decidir o no decidir y deberíamos tratar de descubrir cual de ellos afecta más nuestro proceso de toma de decisiones:
1. Nuestras Creencias,
2. Nuestros Principios y Valores,
3. Nuestras ] eferencias,
4. Nuestros Cuestiona mientes, y
5. Nuestros Estados Emocionales.

Ellos determinan porqué uno hace lo que hace, y porqué no hace algunas cosas que sabe que tiene que hacer. Si cambiamos cualquiera de estos cinco elementos en forma apropiada, estaremos actuando contra las causas del problema, en lugar de hacerlo contra los efectos.

Una decisión tiene solo dos resultados, o es acertada, o es errónea. En ambos casos queda el aprendizaje. Debemos esforzarnos a aprender de nuestros errores en lugar de castigarnos por ello, ya que si no aprendemos estamos destinados a repetir los mismos errores en el futuro.
El ser humano actúa basado en la motivación generada por el dolor o el placer. Cualquier decisión que tomamos está destinada a: 1. Evitar el Dolor, o 2: Obtener placer. A veces una decisión puede generar mucho dolor en el corto lazo, pero a largo plazo puede ser placentera, sin embargo, muchas veces decidimos no decidir por temor a ese dolor de corto plazo.

¿Cuándo es el momento de tomar una decisión? El momento crítico para tomar una decisión ocurre cuando percibimos que una situación que viene deteriorándose hacia el dolor, comienza a sufrir estancamiento. Cuando permitimos que una situación llegue al máximo nivel de dolor permitido, igual tendremos que tomar una decisión dolorosa, pero ya la autoestima personal y organizacional estará seriamente deteriorada. Para ayudarnos nosotros mismos a decidir, vinculemos el tomar una decisión importante con el placer, y el no tomarla con el dolor.

Seis pasos ayudan a mejorar la toma de decisiones:
1. Establezca con claridad lo que realmente desea obtener y qué es lo que le impide hacerlo ahora.
2. Asocie un fuerte dolor a no decidir ahora, y un gran placer a tomar la decisión en este momento.
3. Interrumpa las pautas de pensamiento, sentimiento y acción que lo limitan para actuar de manera decuada.
4. Busque nuevas alternativas que lo acerquen al placer y lo alejen del dolor.
5. Condicione sus nuevas lautas de acción hasta que sean consistentes, asegúrese del éxito de su decisión en el largo plazo, desarrolle la ompetencia inconsciente. Reevalúe y refuerce su decisión.
6. Ponga a prueba sus decisiones y déles tiempo para que omiencen a producir sus efectos positivos.

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La verdad es lo que trasciende la aceptación y adaptación. En el camino que llamamos vida, existen muchas señalizaciones. La meta es llegar a nosotros mismos, a lo largo de una travesía en que muchas veces caemos en confusión y desconocimiento. Es necesario atizar el interés en las personas para que podamos recordar quienes somos en realidad y descubrir que la abundancia, plenitud y felicidad son alcanzables.
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