La paz sea contigo

"Un fuerte verano arreciaba en las planicies africanas y los animales andaban de un lado a otro en busca de agua para calmar su sed. Luego de fatigosas horas de marcha, un tigre y un jabalí llegaron por caminos distintos a una misma fuente de agua.
En cuanto se vieron, se lanzaron rugidos de guerra y corrieron hacia la fuente para tomar posesión de ella. El jabalí llegó antes que el tigre, pero cuando se disponía a beber el tigre lo atacó y lo derribó de un zarpazo. Enfurecido, el jabalí se enfrentó al felino y los dos se trabaron en feroz combate. Después de un rato de lucha, ambas fieras se sintieron cansadas y muy sedientas, y sigilosamente, y en tácito acuerdo, cada uno se retiró, a una orilla del lago a beber y a calmar su sed en paz, dándose cuenta de que al fin y al cabo había en esa fuente de agua espacio para los dos.
Más vale acabar las querellas, pues el resultado puede ser fatal para ambas partes". Esopo
"La Paz sea contigo" es una de las frases que más me gusta oír cuando asisto a misa, me parece emocionante que todos se deseen paz en medio de un buen apretón de manos, un abrazo y una sonrisa.
La paz es el resultado de una convivencia sana, llena de tolerancia y fraternidad entre todos los seres humanos. Para que la paz sea posible, se requiere de una sociedad justa, en la cual todos tengamos las mismas oportunidades para desarrollarnos como personas y donde nuestros derechos fundamentales sean respetados.
La paz no es necesariamente la ausencia de diferencias y conflictos, sino la capacidad de manejar dichos conflictos y superarlos por medio de métodos no violentos, como la comunicación, los acuerdos, la solidaridad, la cordialidad, la tolerancia y la flexibilidad, además de un gran sentido de justicia. Que nunca se nos olvide que el respeto al derecho ajeno es la paz.
Lo contrario a la paz necesariamente es la violencia, que no es más que el uso de la fuerza para resolver los desacuerdos o conflictos, como consecuencia de la intolerancia, los prejuicios o el desconocimiento.
La paz comienza en casa, por eso debemos ser lo suficientemente inteligentes como para escuchar a los demás, para aceptar sinceramente sus opiniones y puntos de vista, propiciando un diálogo franco y justo de entendimiento y nunca, por ningún motivo, tratar de imponer nuestras ideas o consideraciones a la fuerza mediante amenazas o maltratos hacia quienes se expresan o actúan de forma diferente.
La intransigencia, el fanatismo, los prejuicios y la arrogancia son las causas por las cuales los violentos imponen a la fuerza a otros, sus ideas, su estilo de vida o creencias.
La violencia sólo trae más violencia como consecuencia, y si no sabemos canalizarla será mas dañina que los problemas que la provocaron. La violencia en cualquiera de sus formas destruye nuestras vidas dejando una estela de rencores y odios que nos aleja más y más de una justa solución.
Claves para conseguir la paz
Evita reaccionar, piensa
La mayoría de las veces nos dejamos llevar por las emociones al momento de reaccionar negativamente. Te sugiero que la próxima vez te tomes un par de minutos para pensar en cuál es la mejor manera de actuar en ese momento, recuerda que eres un ser humano racional, y piensa que la otra persona pudiera estar alterada o mal informada, tranquilízala y mantén tú la calma. Resuelvan sus diferencias con serenidad y sin recurrir a la agresión.
Reconoce los derechos y la dignidad de los otros
Piensa que es posible que la otra persona tenga parte de la razón, trata de ponerte en su lugar para poder tomar una decisión justa, nada te da derecho para agredir a otro, ni siquiera el tener la razón. En caso de que no puedan ponerse de acuerdo, busquen un tercero que les ayude a resolver la situación.
Piensa en las consecuencias
En verdad, es tan importante aquello por lo que discutes. ¿Qué significa para ti? ¿No crees que puedas ceder y olvidarlo en vez de pasar un mal rato, además, con consecuencias imprevisibles..? ¡Ojalá! que el sentido común prime sobre el falso orgullo para que puedas evitar una situación difícil, inclusive una pelea o una separación. Recuerda que nada, pero nada, es tan importante como para hacernos perder la paz mental.
No te dejes envenenar
No permitas que los comentarios, las actitudes y el comportamiento agresivo o negativo de los demás te sabotee tu estado de paz interior y serenidad. Nada nos afecta por lo que es en sí sino por lo que nosotros pensamos acerca de ello. Administra las noticias negativas en tu vida para que no te hagan sentir abrumado y sin esperanzas.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!
Maytte

Tomando decisiones

Nuestros actos son producto de nuestras decisiones, y esas decisiones crean nuestra realidad, y por lo tanto nosotros podemos cambiar nuestra realidad. Lo que conforma nuestra realidad no es lo que hacemos de vez en cuando, sino lo je hacemos en forma consistente. Si no tomamos las decisiones de cómo queremos vivir, no estamos haciendo otra cosa que tomar la decisión de dejarnos dirigir por las circunstancias, en lugar de construir nuestra propia realidad.

Cuando se presenta el momento de tomar una decisión, la alternativa es: Decidir o no decidir. Decidir es comprometerse con los resultados que se quieren obtener, No Decidir es estar interesado en que las cosas sucedan sin que nosotros hayamos hecho nada para lograr los resultados. Normalmente, No Decidir es la peor de las decisiones, ya que las cosas sucederán de todos modos y lograrán su máxima expresión sin nuestra intervención.

Tres aspectos están involucrados al decidir:
1. En qué enfocar nuestra atención (Visión),
2. Que significa nuestra scisión para nosotros (Misión),
3. Qué hacer para alcanzar los resultados (Acción).

Hay varios elementos que influyen en decidir o no decidir y deberíamos tratar de descubrir cual de ellos afecta más nuestro proceso de toma de decisiones:
1. Nuestras Creencias,
2. Nuestros Principios y Valores,
3. Nuestras ] eferencias,
4. Nuestros Cuestiona mientes, y
5. Nuestros Estados Emocionales.

Ellos determinan porqué uno hace lo que hace, y porqué no hace algunas cosas que sabe que tiene que hacer. Si cambiamos cualquiera de estos cinco elementos en forma apropiada, estaremos actuando contra las causas del problema, en lugar de hacerlo contra los efectos.

Una decisión tiene solo dos resultados, o es acertada, o es errónea. En ambos casos queda el aprendizaje. Debemos esforzarnos a aprender de nuestros errores en lugar de castigarnos por ello, ya que si no aprendemos estamos destinados a repetir los mismos errores en el futuro.
El ser humano actúa basado en la motivación generada por el dolor o el placer. Cualquier decisión que tomamos está destinada a: 1. Evitar el Dolor, o 2: Obtener placer. A veces una decisión puede generar mucho dolor en el corto lazo, pero a largo plazo puede ser placentera, sin embargo, muchas veces decidimos no decidir por temor a ese dolor de corto plazo.

¿Cuándo es el momento de tomar una decisión? El momento crítico para tomar una decisión ocurre cuando percibimos que una situación que viene deteriorándose hacia el dolor, comienza a sufrir estancamiento. Cuando permitimos que una situación llegue al máximo nivel de dolor permitido, igual tendremos que tomar una decisión dolorosa, pero ya la autoestima personal y organizacional estará seriamente deteriorada. Para ayudarnos nosotros mismos a decidir, vinculemos el tomar una decisión importante con el placer, y el no tomarla con el dolor.

Seis pasos ayudan a mejorar la toma de decisiones:
1. Establezca con claridad lo que realmente desea obtener y qué es lo que le impide hacerlo ahora.
2. Asocie un fuerte dolor a no decidir ahora, y un gran placer a tomar la decisión en este momento.
3. Interrumpa las pautas de pensamiento, sentimiento y acción que lo limitan para actuar de manera decuada.
4. Busque nuevas alternativas que lo acerquen al placer y lo alejen del dolor.
5. Condicione sus nuevas lautas de acción hasta que sean consistentes, asegúrese del éxito de su decisión en el largo plazo, desarrolle la ompetencia inconsciente. Reevalúe y refuerce su decisión.
6. Ponga a prueba sus decisiones y déles tiempo para que omiencen a producir sus efectos positivos.

Sueños de semilla

 En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades.

...Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo.

En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después. Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar.

Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas como son los sueños secretos.

Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse en árboles.

Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.

Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en cada hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en los triunfos y en los fracasos. Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta.

Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez cegadora.

Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos... Y un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro.

Nada hay que temer,... una sabiduría interior las acompaña... porque cada semilla sabe... cómo llegar a ser árbol...

La verdad es lo que trasciende la aceptación y adaptación. En el camino que llamamos vida, existen muchas señalizaciones. La meta es llegar a nosotros mismos, a lo largo de una travesía en que muchas veces caemos en confusión y desconocimiento. Es necesario atizar el interés en las personas para que podamos recordar quienes somos en realidad y descubrir que la abundancia, plenitud y felicidad son alcanzables.
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